Nuestras percepciones tienden, por un lado, a que la forma se organice de tal modo que la figura percibida sea lo más simple posible; por otro lado, tendemos necesariamente a percibir la figura de la forma más definida posible. En la percepción (según la Gestalt) se impone la llamada buena figura o buena forma sobre algunas otras configuraciones posibles. Esta constatación permitió definir algunas leyes de agrupación de estímulos como por ejemplo, la que nos ocupa, La Ley de cierre. Vean la siguiente figura.
Nuestra percepción, como pueden comprobar, tiende a completar figuras no cerradas, añadiendo las partes de las que carecen. Así podemos observar los bordes del triángulo, aunque estos no estén dibujados.
Esta figura se denomina Triángulo de Kanizsa. Vean otra obra de este autor y observen como cambia la figura al añadir los bordes que faltan.
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